La función social de la empresa moderna

La funcion social de la empresa moderna
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El propósito de la empresa, traducido en sus actividades funcionales, es producir y comercializar productos y servicios en condiciones de calidad, tiempo y lugar que convenga a los segmentos de mercado considerados como meta. De esta forma se espera poder realizar entregas de valor adecuadas al cliente, obteniendo al mismo tiempo niveles de rentabilidad que hagan sostenible su operación en el tiempo. 

Desde la anterior perspectiva, la creación y entrega de valor al cliente o ciudadano, surge como la función básica de cualquier organización empresarial (pública o privada), y donde la obtención de utilidad es una condición necesaria para su operación, mas no su fin último. Al respecto, hay que destacar la perspectiva de la función social de las empresas modernas.

Parafraseando a Drucker, la empresa es ante todo una organización social; en tal sentido existe para resolver algún problema fundamental de la sociedad. En este concepto de la empresa como institución social subyace una simbiosis que posibilita la convivencia de la sociedad y la organización empresarial, concluyéndose que el funcionamiento y estabilidad de una de las partes permite y posibilita el funcionamiento y mantenimiento de la otra. 

La función social de la empresa se refiere al conjunto de actividades y prácticas que la empresa realiza para establecer una relación ética y sostenible con la sociedad en la que opera, gestionando los impactos de su actividad y colaborando con las comunidades en las que actúa. La función social de la empresa tiene dos dimensiones: una interna y otra externa. 

La dimensión interna se refiere al bienestar de los empleados, ofreciéndoles unas condiciones laborales dignas, oportunidades de formación y desarrollo, programas de salud, conciliación, igualdad, diversidad e inclusión, y fomentando una cultura de respeto al medio ambiente. 

La dimensión externa se refiere a la contribución de la empresa a la satisfacción de las necesidades económicas y sociales de sus clientes, proveedores, accionistas y otros grupos de interés, así como a la generación de valor para la sociedad en general, mediante el desarrollo de productos y servicios innovadores, el pago de impuestos, el apoyo a causas sociales y medioambientales, y el diálogo constructivo con las autoridades públicas.

La función social de la empresa no es solo un deber moral o legal, sino también una fuente de ventajas competitivas. Una empresa que cumple su función social mejora su reputación, su prestigio y su fidelización de clientes; atrae y retiene al mejor talento; reduce los riesgos legales y regulatorios; aumenta su eficiencia y productividad; estimula su capacidad de innovación y adaptación al cambio; y crea un impacto positivo en el entorno social y físico en el que opera. Por tanto, la función social de la empresa es compatible con su finalidad económica, que es producir bienes y servicios rentables que generen beneficios para sus propietarios y accionistas.

En conclusión, la función social de la empresa es una forma de entender y ejercer la actividad empresarial que busca el equilibrio entre los objetivos económicos, sociales y medioambientales, teniendo en cuenta las expectativas y necesidades de todos los grupos de interés.

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