En la actualidad, el mundo de los negocios está siendo impactado por fenómenos y eventos caracterizados por el caos y la incertidumbre. En medio de esta compleja realidad el futuro se ha vuelto cada vez más impredecible, de tal manera que lo único cierto es la pérdida misma de las certezas que caracterizó la gestión empresarial durante varias décadas del siglo pasado.
A continuación, algunos supuestos a tener en cuenta al momento de asumir los procesos, las decisiones y acciones que son inherentes a la gerencia moderna.
1.-Insuficiencia de los paradigmas: En el
contexto administrativo y organizacional los paradigmas lucen agotados, o al
menos son insuficientes para abordar las problemáticas que las organizaciones
padecen hoy día. La profusa literatura sobre modelos y nuevos enfoques de
gerencia es prueba de ello, aunado a la incesante búsqueda de los directivos sobre nuevas formas para la gestión empresarial.
2.-La aceptación de la complejidad y el caos: Existe un conjunto
de acciones, interacciones y azares que constituyen nuestro
mundo fenomenológico y que se presentan con rasgos de complejidad, desorden,
ambigüedad e incertidumbre. Hoy más que nunca las organizaciones se mueven en
un ambiente complejo, caótico e impredecible. En este sentido, es necesario
disponer de metodologías que ayuden a lidiar con estas nuevas realidades, así como diseñar
nuevos modelos de pronóstico del futuro que rompa con el método tradicional de
proyectar el pasado.
3.-Heterogeneidad de
los grupos sociales: Esta afirmación permite entender
que dentro de la aparente homogeneidad de los mercados de consumidores
actuales, existe una heterogeneidad que los hace propicios de ser abordados con
productos, servicios y estrategias de mercadeo diferenciadas, lo cual
representa una gran oportunidad para las Pequeñas y Medianas Empresas de alcanzar mayores niveles de competitividad.
4.-El cambio como lo único verdadero: Si aceptamos esta premisa, y muchas son las evidencias que apuntan a ello, es de asumir que las organizaciones están obligadas a revisar sus modelos de gestión y evaluación estratégica; ya que tal como están diseñados resultan más útiles en contextos estables y predecibles, lo cual no es el signo de los nuevos tiempos. Las organizaciones de la era de la información deben replantearse la forma como evalúan su crecimiento y evolución, considerando que en sus activos intangibles y particularmente en la satisfacción de sus clientes internos y externos descansa la base de su competitividad.
De acuerdo a lo anterior, la gestión empresarial debe ser asumida con nuevos criterios y modelos en un intento de poder diseñar e instrumentar las estrategias que permitan sortear las amenazas del entorno y alcanzar el éxito competitivo.Es por ello que la búsqueda de nuevos modelos y enfoques de gestión es crucial en el propósito de poder enfrentar los retos empresariales del mundo moderno.
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