La visión del emprendedor según Guy Kawasaki


Me topé con esta historia en un documento que reproducía una conferencia de Guy Kawasaki sobre “El arte de la Innovación”. Me pareció interesante reseñarla, ya que al tratarse de un testimonio ofrecido por un ejecutivo y conferencista exitoso, muchos emprendedores podrán inspirarse o bien reflexionar sobre su moraleja.


El protagonista de esta historia es el propio Guy kawasaki, la cual paso a transcribir textualmente del documento en referencia.

...Me preguntaron si me interesaba ser entrevistado para la posición de CEO de una nueva compañía financiada por  Seqoia Capital. Mi esposa y yo vivíamos en San Francisco; esta compañía estaba localizada en Stanford, que queda a una hora de viaje en cada sentido. Ya teníamos un hijo en ese momento, y ella estaba embarazada, por lo que usando terminología técnica, estaba en beta de nuestro segundo hijo. Esta fue mi respuesta: le dije entonces a Michael Moritz de Sequoia Capital: “¿sabes qué? esta compañía está demasiado lejos; no quiero manejar tanto todos los días, y además, miré su sitio web y no veo como es que eso podría convertirse en un negocio” 

Entonces la pregunta que deben estar haciéndose es: ¿cuál es la compañía?, y la respuesta es: Yahoo. Así que me ofrecieron la oportunidad de entrevistarme para el puesto de CEO de Yahoo y yo lo rechacé porque quedaba muy lejos, y porque no veía de que manera podía convertirse en un negocio.
 
De acuerdo con mis cálculos la respuesta que yo di me costó unos 2 mil millones de dólares. ¿Se dan cuenta? después de un tiempo ya no necesitan trabajar más, ni necesitan tomar un avión a Las Vegas para dar una conferencia. La vida es bella, ¿no es cierto?
 
…Así que estuve pensando acerca de esto durante los últimos 12 años. ¿Por qué Fui tan estúpido? ¿Por qué fui tan payaso? Y llegué a la conclusión, después de mucho análisis, de que lo hice por el amor de mi esposa, y para estar presente mientras mis hijos crecían, y que entonces tomé la decisión correcta en no dedicar dos horas al día en trasladarme hacia Stanford para contribuir al éxito de Yahoo! De manera que tomé la decisión correcta como padre y como esposo.
 
La mayoría de las audiencias aplauden cuando digo esto, excepto las de Silicon Valley. En Silicon Valley me preguntan ¿Eh? ¿Qué cosa? No entiendo. ¿Por qué vale la pena eso, Guy?
 
El problema es este. Esta maravillosa teoría acerca de ser un buen padre y esposo explica el primer billón (sic), pero es el segundo billón (sic) lo que realmente me molesta. ¡Porque el segundo billón (sic) significa que yo también fui un payaso!
 
¡Tuve la enfermedad de Ken Olsen! Él fue exitoso en la curva de la minicomputadora, y no pudo montarse en la curva de la computadora personal; yo fui exitoso en la curva de la computadora personal, y no pude montarme en la curva de Internet. ¡Fui tan payaso!
 
Más aún, cuando miré la página de Yahoo, que no era más que la colección de sitios web favoritos de Jerry Yang y David Filo, me dije a mí mismo “¿cuál es el equipo comprobado detrás de esto? ¿Que pueden saber sobre poner en marcha una empresa? ¿Trabajaron durante el verano en la biblioteca de Stanford? ¿Cuál es la tecnología comprobada? No hay tecnología ahí, es solo una colección de sitios web favoritos. ¿Cuál es el modelo de negocio de Yahoo!?
 
¿Van a venderle espacio publicitario a científicos de la red ARPAnet?” De manera que deseché la oportunidad de trabajar como CEO, o al menos de ser entrevistado para el puesto de CEO, de Yahoo.

 No dejen que los payasos los desanimen

Conclusión:

Para cualquier emprendedor esta historia es tremendamente aleccionadora. El punto central que se destaca es como una actitud negativa y/o falta de visión nos impide aprovechar las oportunidades que se cruzan por nuestro camino.

Esta historia nos enseña también que muchas veces las ideas revolucionarias no suelen ser comprendidas por personas arraigadas en el paradigma de negocios dominante. Hay que poner de lado el perspectivismo, esa manera única y conocida de mirar y comprender las cosas que tanto daño hace a los emprendedores. 

El emprendedor tiene que mirar en un radio de 360 grados, y a la vez enfocar lejos., con suficiente confianza de que aquello que es capaz de percibir en la distancia y en el tiempo, es posible.

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