Hacia un Nuevo Paradigma Gerencial


Al estudiar la evolución del pensamiento administrativo ocurrida en el siglo pasado se puede observar como la perspectiva positivista ha permeado los desarrollos teóricos desde Taylor y Fayol, hasta nuestros días.

Como consecuencia del paradigma heredado, las prácticas gerenciales adoptadas evidencian una clara influencia positivista en la forma como se han instrumentado los sistemas de organización, planificación, gestión y evaluación estratégica.

En los últimos cien años a cada problema empresarial se le ha ido dando una solución más o menos satisfactoria a través de modelos gerenciales cuyos principios, normas, instrumentos y procedimientos han enfatizado soluciones prescriptivas y generalizables; formuladas para operar en el contexto de escenarios estables para alcanzar la eficiencia, la productividad o la competitividad deseada según el caso.

Actualmente, en cualquier organización (de cualquier tamaño, industrial o de servicios) se puede observar una estructura organizativa y proceso administrativo que data de principios del siglo pasado. No es de extrañar entonces oír hablar de pronóstico, estructura, procesos, insumos e indicadores; en correspondencia a una cotidianidad de la gestión empresarial imbuida de categorías conceptuales extrapoladas de las matemáticas y de las ciencias físicas y naturales.

La Insuficiencia del Paradigma Vigente

La gran depresión de los años 30 fue el primer indicio de que la época de estabilidad y predictibilidad en los negocios estaba llegando a su fin. La metodología de proyección del futuro en base a la extrapolación del pasado comenzaba a fallar. El modelo de gerencia funcional con líneas de mando rígido se hizo inapropiado para proyectos complejos, así como las técnicas de programación existentes. 

Por otra parte, el milagro japonés terminó de romper con el mito de la eficiencia productiva como único soporte de la competitividad. Desde ese momento, el costo y la calidad de manufactura se comenzaron a considerar requisitos necesarios, pero no suficientes para competir.

Hacia un Nuevo Paradigma

Innumerables cambios se suscitaron en los últimos cincuenta años del siglo pasado. Nuevos modelos de gerencia surgieron, despertaron entusiasmo y al no producir resultados inmediatos fueron abandonados. "La crisis de los paradigmas" comenzó a ser expuesta como una premisa que alentaba la búsqueda de “nuevas formas” de enfrentar los desafíos gerenciales del momento, tratando de hacer menos vulnerable a las organizaciones modernas que hoy día se desenvuelven en un ambiente caótico, impredecible, complejo y diverso. 

Muchas son las evidencias de que los modelos de gerencia conocidos son insuficientes para enfrentar los desafíos empresariales en el nuevo mundo globalizado. Se necesita entonces de un paradigma revolucionario, con un sólido sustento ontoepistémico, teleológico y axiológico que conlleve a nuevas teorías y metodologías cuyos contenidos ayuden a solucionar las problemáticas fundamentales que giran en torno a la gestión empresarial.

Debido a que las visiones paradigmáticas son excluyentes el nuevo enfoque debe contemplar una visión holística de la realidad, cuyo diagnóstico debe conducir a satisfacer los intereses y necesidades tanto de accionistas, proveedores, clientes internos y externos; así como de la sociedad en general.

¿Cuando llegará esa revolución paradigmática en ciencias administrativas? ¿Se está gestando ya y aún no podemos reconocerla?


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