En los últimos años, el paradigma del
gobierno electrónico ha surgido como un instrumento de gestión pública cuyo
propósito central es la implantación de las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación (TIC) por parte del estado, con el objeto de mejorar su
gestión interna, fortalecer su oferta de servicios e información, así como
mejorar los sistemas de intercambio e interacción con los ciudadanos y con las
organizaciones públicas y privadas.
Es por ello
que los diferentes órganos e instituciones del sector público deben comenzar a
reconocer la utilidad de las TIC en el ámbito de sus procesos de gestión, todo
ello desde una perspectiva estratégica alejada de la tradicional racionalidad
técnica, sopesando las oportunidades y fortalezas subyacentes de las TIC en el
marco de la misión, visión y objetivos del estado.
...estos objetivos tienen por fin mejorar el Estado en su gestión y en la interacción que tiene con los actores sociales, económicos y políticos. Se trata de mejorar la gestión pública, su eficiencia, efectividad, transparencia, contraloría, la interacción entre sus entes y la interacción con actores externos, en especial, acercar el Estado al ciudadano a través del desarrollo de plataformas tecnológicas, de servicios y de la formación de los individuos en el uso de las mismas
Finalmente,
la concepción estratégica del gobierno electrónico exige que los
gerentes públicos identifiquen el potencial y las limitaciones de las TIC en su
contexto particular, los riesgos y beneficios que implica su implantación, así
como el papel crítico a desempeñar en esta nueva empresa de gestionar el estado
desde la perspectiva de la eficiencia y la productividad asistida por TIC.
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