El Arte del Management Según Peter Drucker

El management según Peter Drucker
Peter Drucker

El siguiente resumen del pensamiento Druckeriano está soportado en el libro de Guido Stein El Arte de Gobernar Según Peter Drucker”.

Es justo reconocerle a Stein el profuso análisis que realiza de los casi 70 años de producción intelectual de Drucker, logrando recopilar de forma organizada un buen número de ideas y conceptos dispersos en sus obras, dándole un carácter sistémico y evolutivo. La forma como Stein aborda y presenta el pensamiento del autor, ayuda a identificar una cierta perspectiva fenomenológica en el estudio de la empresa y la gerencia por parte de Drucker. Por este motivo, sus reflexiones y propuestas teóricas son hoy día un referente importante para el mundo empresarial signado por la incertidumbre y lo complejo.

Para un mayor claridad, este resumen apelará a una simbiosis discursiva que recoge las ideas de Drucker por una parte, y las reflexiones de Stein por la otra, pero donde las teorías de fondo apuntarán siempre al pensamiento Druckeriano en torno a la gerencia.

Sobre Peter Drucker

Peter Drucker nació en Viena el 19 de noviembre de 1909, y tuvo una dilatada y prolífica carrera como escritor y consultor en el ámbito gerencial, siendo considerado como uno de los teóricos del management de mayor reputación a nivel mundial del siglo pasado. Drucker fue asesor de dos de las corporaciones más importantes del mundo moderno, General Electric y General Motors, de las cuales extrajo muchos de los referentes empíricos que han soportado sus escritos y donde pudo poner a prueba sus teorías y principios sobre el Management.

Sus obras sobre dirección de empresas contienen alusiones constantes y además pertinentes, a la historia de la humanidad en sus más variadas expresiones: teológicas, literarias, filosóficas, artísticas, políticas, tecnológicas y económicas. Por ello se pudiera decir que el pensamiento de Drucker es multidisciplinario, lo que le ha permitido ver la complejidad de las organizaciones desde diferentes perspectivas, lo que en cierta forma dice mucho de su concepción holística de la realidad. 

Estructura de las Teorias Druckerianas

Peter Drucker no tuvo propiamente una teoría del management, sino tantas aproximaciones conceptuales como fueron necesarias para abordar los problemas que se presentan en las organizaciones. De esta forma, sus variadas perspectivas ayudan al directivo a encontrar el modo de obrar más adecuado en cada momento para que se alcancen los objetivos deseados.

Normalmente suele categorizarse su pensamiento atendiendo al contenido de sus obras. Por un lado, las que versan sobre la administración y dirección de empresas y, por otro, las que se ocupan de la sociedad, la política y la cultura. Sin embargo, en sus planteamientos ambas perspectivas aparecen siempre entrelazadas, en un eclecticismo teórico que parece un tanto confuso al principio, pero que cuando se le estudia de cerca se muestra coherente e inteligible, logrando conjugar la dirección por objetivos con la descentralización y la delegación de poder (empowerment), así como las estrategias a largo plazo y los objetivos a corto.

 

La Empresa Como Institución Social


Si hay una concepción ontológica acerca de la empresa dominante en Drucker, es el de la empresa como institución social. En esta perspectiva, la empresa es concebida como abocada a los individuos y a la sociedad; de tal forma que la Organización Empresarial no es solamente un instrumento económico, sino también, y especialmente, una institución social que tiene un papel relevante a la hora de resolver los problemas fundamentales del colectivo.  (Stein,1999, Pág. 136).


La corporación, (como Drucker la denomina), ha de estar organizada de tal forma que cumpla con sus obligaciones sociales al procurar su propio interés: una sociedad industrial basada en la corporación solo puede funcionar si la corporación contribuye a la estabilidad social y a la obtención de fines sociales. Drucker distingue claramente los objetivos de las instituciones sin ánimo de lucro de las empresas comerciales y del gobierno: Una empresa comercial ha cumplido su tarea cuando el cliente compra el producto, lo paga y queda satisfecho con él. Un gobierno cumple su función cuando sus políticas son eficaces y efectivas en resolver las necesidades fundamentales de los ciudadanos. Por su parte, la institución “sin fines de lucro” no provee bienes o servicios comerciales. Su producto es el ser humano, y su eficiencia se mide por los cambios que es capaz de producir en las personas, por lo que estas organizaciones son agentes del cambio social”. (ibid, Pág. 73).


Se hace evidente en esta reflexión de Drucker una clara alusión a la gerencia orientada a la creación y entrega de valor, donde destaca que la misión común de toda organización es satisfacer las necesidades de determinados grupos sociales, ya sean estos clientes o ciudadanos.


Que es el Management


Según Drucker el Management se refiere a los fundamentos del saber, conocimiento de uno mismo, prudencia y liderazgo. Los gerentes aprovechan todos los conocimientos y hallazgos de las humanidades y de las ciencias sociales, de la psicología y de la filosofía, de la economía, la historia y la ética, orientando este saber hacia la eficacia y los logros.


Desde esta concepción, el Management es una expresión de lo social. En toda la obra Druckeriana esta es una de la tesis que más se enfatiza y mantiene, y que mejor expresa la función del management como puente entre la sociedad y las organizaciones, sean de índole comercial, política, cultural, académica, sanitaria, recreativa, militar, o religiosa.


Se colige de todo lo anterior que el management tiene la bondad de permitir adaptaciones de sus principios a distintos ámbitos y tipos de organización, por lo que toda empresa debe aprender que la dirección comienza efectivamente con la fijación de unos objetivos y que se debe usar un criterio para medir el grado de su consecución, y donde la organización de los recursos y las estrategias a seguir se orientan por aquellos objetivos. (Ibid, pág.161)

El Directivo y el Liderazgo 

Drucker conceptualiza claramente lo que es un directivo apelando al recurso de describir sus funciones. Al respecto nos dice que un directivo, en primer lugar, fija objetivos y determina cuáles deben ser las metas en cada aspecto cubierto por estos. Posteriormente decide qué hay que hacer para alcanzarlos, y finalmente los hace efectivo comunicándolos a las personas cuyo desempeño es necesario para garantizar los logros.

En un sistema económico de competencia perfecta, la calidad y el desempeño de los directivos determinan el éxito de un negocio y su supervivencia, ya que constituyen la principal ventaja que puede tener una empresa dentro de una economía competitiva. Por ello, desde la concepción Druckeriana, un buen directivo debe ser un generalista, capacitado esencialmente para pensar, juzgar con corrección y acertar al decidir. De allí que la formación que ha de recibir el directivo dentro de la corporación ha de alcanzar un equilibrio entre unos conocimientos especializados y una visión general a la hora de comprender el negocio, “Porque una gran empresa, una corporación, es mucho más que un negocio, es necesaria esa mirada abarcante  que solo una persona con percepción global puede ofrecer”. (Ibid, Pág. 117)

Sobre el liderazgo nos dice Drucker que la capacidad de una institución para producir líderes es más importante que su capacidad para producir de modo eficiente y barato. Un liderazgo en costos es posible dadas una organización, tecnología, recursos y las capacidades humanas necesarias; “pero sin un liderazgo emprendedor, responsable y apto, deseoso y capaz de tomar la iniciativa, la institución más eficiente no puede mantener su eficiencia y menos incrementarla”. (Ibid, pág.115).

El líder debe ser capaz de reunir las voluntades individuales en torno a los objetivos organizacionales, ya que las organizaciones por sí solas no son nada. Adquieren contenido por el trabajo de las personas que las integran; ellas son las que planean, hacen y deciden, influyendo en los resultados de la organización. Por ello, debe buscarse un equilibrio entre los objetivos de la organización y los deseos y necesidades de sus miembros.

Según Drucker, lo más dañino sobre el liderazgo es que el líder se haga imprescindible; por tanto, la supervivencia de la corporación exige que el líder pueda ser sucedido por otro líder de un modo legítimo y casi automático, precisando ante los potenciales aspirantes cuales son las reglas y principios de selección que van a aplicarse.

El Arte de Dirigirse a  Mismo

El líder debe reunir dos capacidades esenciales. Dirigir a los demás, pero sobre todas las cosas saber dirigirse a sí mismo.

He aquí los concejos que Drucker nos da para realizar esta función personal e intransferible:

  1. Concéntrese en sus fortalezas y desarróllelas

  1. Identifique las áreas donde la arrogancia intelectual es causa de incapacidad profesional y supere esa arrogancia.

  1. Transforme los malos hábitos en buenas maneras.

  1. No asuma trabajos o tareas en los que carezca del fundamento mínimo imprescindible.

  1. No malgaste esfuerzos en mejorar en áreas para las que no tiene aptitud o competencia. Es preferible que emplee su energía en convertir a una persona competente en inexperto eficaz, que en conseguir una mediocridad de un incompetente.

  1. En resumen, no intente cambiarse a usted mismo, sino que trabaje con tesón para mejorar su desempeño.

Esta nueva categoría de responsabilidad gerencial se constituye en una muestra más del pensamiento humanista de Drucker, siempre dispuesto alrededor del hombre, su naturaleza y complejidad. El arte de la autodirección introduce un elemento de gran profundidad, viéndolo en la perspectiva de que un gerente que deba dirigir hombres debe ser capaz de entender, administrar y controlar su propia heterogeneidad como individuo. Por ello debe evitar que lo personal, intelectual, emotivo y afectivo entorpezca su relación con aquellos que dirige; y al mismo tiempo, ser capaz de colocar todos estos elementos al servicio de su función gerencial.

La función de la evaluación y el Control

Otro aspecto básico del trabajo del directivo es la tarea de medición. El gerente establece unidades de medida, y existen pocos factores que sean tan importantes para el desempeño de la organización y de cada integrante de ella. De igual manera se ocupa de que cada integrante de la organización tenga mediciones a su disposición que estén enfocadas hacia el desempeño de toda la organización y que al mismo tiempo enfoquen el trabajo del individuo y lo ayuden a realizarlo.

El control, como un proceso tiene dos componentes principales. El registro de las mediciones sobre el objeto que se controla y el análisis que de las mediciones se hacen. En este sentido, el gerente debe tener suficiente juicio crítico a objeto de comprender los hallazgos y decidir pertinentemente.


La Administración por Objetivos


Destaca Drucker que “La misión del directivo debe estar basada en una tarea a realizar a fin de lograr los objetivos de la compañía". Debe ser una misión real, que haga una contribución visible al éxito de la empresa, y que resulte por tanto claramente medible. A objeto de lograr los objetivos planteados, el ejecutivo debe tener la autoridad más amplia posible antes que la más estrecha. Todo lo que no se excluya expresamente debe considerarse bajo su autoridad. Finalmente, el directivo debe ser dirigido y controlado por los objetivos antes que por su jefe.


"La fijación de objetivos no resulta una tarea fácil, ya que éstos en muchas ocasiones no son algo obvio que los trabajadores reconocen como fundamento y directriz de toda la planificación. Los objetivos “son el fruto de una decisión que encierra un riesgo a partir del cual y teniendo siempre en mente, se organiza, planifica y evalúa; en definitiva, se dirige” (Ibid, Pág. 175). En esta cita Drucker deja claro que la esencia del  management es fijarse objetivos, realistas y necesarios, gestionando su consecución en el marco de un proceso administrativo que finaliza con la determinación de los niveles de logro alcanzados en el tiempo. ! ¡Cuántas empresas hoy día fracasan por haber abandonado este requisito esencial de la planificación!


En el marco de la dirección por objetivos, Drucker introduce el concepto de la descentralización. La política de descentralización propuesta por Drucker procura combinar la mayor unidad corporativa con la mayor autonomía y responsabilidad divisional, de tal forma de propiciar la unidad a través del auto-gobierno local y viceversa.


En resumen, la dirección por objetivos contempla el establecimiento de metas participativas, la elección de curso de acción y la toma de decisiones. Cuando los propios trabajadores han estado involucrados en el establecimiento de metas y la elección del curso de acción a seguir, es más probable que cumplan con sus responsabilidades. No obstante, se necesitan modelos y sistemas de fijación, medición y control que provean los marcos de referencia en cuanto a los resultados que se esperan de los involucrados, así como el uso de estas medidas como guías para la operación y determinación de la contribución para cada uno de sus miembros.


Sobre la Teoría del Conflicto


Drucker nos ofrece una perspectiva muy interesante y llena de sentido común, en su postulado de la teoría del conflicto: Al respecto afirma que “no se debe suprimir el conflicto, sino utilizarlo”. Para ello, no hay que preguntar quién tiene la razón, ni tampoco que es lo correcto, sino asumir que ambas partes tienen razón, porque muy probablemente están dando las respuestas oportunas a problemas que son distintos.


La estrategia correcta en la solución del conflicto, por consiguiente, es preguntarse: ¿Qué se debe considerar como el problema correcto? ¿Por qué estas personas difieren y se aponen de mí? ¿Es mi posición racional y efectivamente correcta? Si reflexionamos y respondemos adecuadamente a estas interrogantes se puede lograr que el conflicto “trabaje para nosotros”, Usando la comprensión mutua que se tiene sobre el problema se podrán integrar ambas posturas en una respuesta nueva y diferente que satisfaga lo que cada parte considera correcto.


El aprendizaje que nos queda es que el único camino para resolver un conflicto es partir de que los actores en pugna pueden obtener soluciones satisfactorias a sus demandas sin menoscabar o entorpecer el logro de los objetivos de la parte contraria.


El manejo del tiempo


Tanto la dirección del negocio, cuyo fin es la creación de clientes, como la dirección del trabajo y de quienes lo realizan se hacen en el horizonte marcado por el tiempo y su transcurso. Esto impone unos condicionantes que hay que dirigir y gestionar, hacerlo no es otra cosa que lo que podríamos denominar la dirección del tiempo. 


Considerar el futuro, en largo plazo, a la hora de pretender tomar decisiones, según Drucker, no es predecir lo que va a pasar, eso sería por imposible, una pérdida pueril de tiempo. La planificación a largo plazo es necesaria, precisamente porque no podemos predecir”. Tampoco tiene que ver con decisiones futuras, sino con la futuridad (la cualidad del futuro) que tienen las decisiones actuales: “las decisiones existen solo en el presente. La cuestión que encara el planificador a largo plazo no es la de que deberíamos hacer mañana, es: ¿Qué hacemos hoy con objeto de estar preparados para un mañana incierto? La cuestión no es que ocurrirá en el futuro, es ¿Qué elemento de futuridad tenemos que introducir en nuestro pensar y actuar hoy?, ¿Qué lapsos de tiempo tenemos que considerar y como hacerlos converger en una decisión simultánea en el presente? (ibid, Pág.  164).


Como se puede observar, un factor de decisión clave según la teoría neoclásica de la Administración, se convierte en un elemento estratégico en el pensamiento Druckeriano, aludiendo a una previsión enmarcada en los propósitos y en los elementos del entorno, de tal manera que el manejo del tiempo es una decisión táctica influida por lo ambiental y lo incierto.

 

El Trabajador del Conocimiento


Una de las últimas ideas que Stein recoge del pensamiento Druckeriano está referida a las nuevas tendencias de uso de las tecnologías en el ámbito de los negocios y de la aparición del denominado trabajador del conocimiento.


Refiriéndose a los criterios de manejo de las nuevas tecnologías, Drucker advierte que las actuales tecnologías de la información han de tener en cuenta las nuevas certezas. La alta dirección no debe ocuparse tanto del control de costes, como de la creación de valor para el cliente, en alusión a su célebre frase “la función de la empresa es crear clientes”. En el mismo orden de ideas, advierte sobre la “automatización inconsciente”, eliminar datos que no están relacionados con la información que necesitan, y organizarlos, analizarlos e interpretarlos desde la perspectiva de lo que es necesario para la toma de decisiones y la acción.   

    

La renovación de la práctica de la dirección viene también exigida por la irrupción poderosa en escena de los directivos y trabajadores del conocimiento, a quienes Drucker también les denomina tecnólogos, por ser las personas que aplican el conocimiento al más alto nivel. A diferencia de los trabajadores manuales, que eran considerados como un coste para la compañía, los nuevos protagonistas son un activo, cuyo valor es proporcional al costo de volver a producir el conocimiento que en conjunto poseen.


En este orden de ideas, la empresa adquiere una complejidad aún mayor; por una parte, se debe instrumentar y gestionar las tecnologías como un nuevo factor de producción, de carácter estratégico y vital para la competitividad de cualquier empresa en el momento actual, y por la otra, emerge un nuevo activo, dotado de vida propia e inteligente, cuyas competencias deben ser aprovechadas, mantenidas y desarrolladas al mismo tiempo. Como puede apreciarse, se está ante un nuevo fenómeno que cae dentro de las competencias y responsabilidades de los gerentes modernos. 

 

Conclusiones

Es pertinente comenzar estas conclusiones precisando algunos juicios y afirmaciones formulados por el mismo Drucker sobre su obra:

ü En la gerencia, la teoría y la práctica son inseparables, ambas se influyen, de tal forma que es difícil concebir una sin la otra.

ü Las mejores enseñanzas que pueden obtener los teóricos sobre gerencia, se extraen de la praxis que se está dando en el seno de las propias organizaciones, de cuyos éxitos y fracasos van emergiendo conceptos que sirven, a la postre, para formular principios discretamente generalizables.

ü  En este mismo orden de ideas, las mejores orientaciones acerca de hacia dónde y cómo dirigir la obtienen los prácticos (los gerentes)  saliendo de la organización y viendo lo  que pasa en el exterior directamente, sin prejuicios fundados e ideas preconcebidas.

ü  Desde la perspectiva del concepto de empresa como institución social, puede concluirse que los fundamentos de la estabilidad y el funcionamiento de la sociedad no son intrínsicamente contrarios a los fundamentos del funcionamiento y estabilidad de la empresa; por consiguiente, no hay contradicción que imposibilite su convivencia. Es más, puede incluso llegarse a una ventajosa armonía y complementariedad entre las necesidades y los fines de ambas, ya que en definitiva se encuentran interrelacionadas, a tal punto que cualquier resquebrajamiento de la sociedad, impacta negativamente la estructura funcional de la empresa.  

ü En sintonía con el nuevo paradigma de la gerencia del conocimiento, las empresas deben fomentar en este nuevo tiempo la creación de dos tipos de activos: los resultantes de la acumulación de recursos de capital para futuras inversiones, y la creación del nuevo activo intangible, el cual se construye a partir de la iniciativa, la innovación y la inteligencia humana.

ü  La nueva organización precisa de un modo nuevo de dirigir, es decir, un cuerpo articulado de conocimiento que pueda ser enseñado, aprendido, aumentado y mejorado por medio del trabajo y el estudio sistemático. La nueva gerencia reclama una nueva perspectiva, donde a decir de Drucker no debe darse mayor importancia a la cuantificación, ya que los fenómenos básicos de la empresa son cualitativos, donde destacan el cambio, la innovación, riesgo y decisión, crecimiento   y declive, visión, recompensa y motivación; todos los cuales  afectan al individuo y a la sociedad. 

ü  Sobre la estructura semántica de las teorías de Drucker es preciso señalar que su utilidad radica en que están expresadas en el lenguaje y el contexto de los directivos, y de la acción de éstos en las empresas. De tal manera que el bajo nivel de formalización que exhiben sus teorías se ve compensado por un alto nivel de comprensión y aplicabilidad de las mismas.  

ü  El gran reto del directivo de hoy es dirigir acertadamente en tiempos de cambio, caos e incertidumbre en todos los órdenes. Es preciso por tanto que entienda lo que significa dirigir en ambientes complejos, por lo que hay que indagar y reflexionar sobre el trasfondo de lo que sucede dentro y fuera de la organización y de lo que debe hacerse. Por ello, el gerente debe abocarse a resolver el síntoma de la tensión creciente entre la empresa y su entorno, entre la necesidad que tienen de innovar para ser competitiva y su inmensa responsabilidad con la sociedad y el bien común.

(Contenido revisado y corregido:26-05-2023)

Bibliografía:

Stein G. (1999). El Arte de Gobernar Según Peter Drucker. Barcelona: Gestión 2000

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