La Planificación Estratégica es uno de los procesos más importantes de la dirección que atañe a los ejecutivos en la actualidad, en particular de aquellos vinculados a las Pequeñas y Medianas Empresas (PYME), ya que representa la hoja de ruta que ayudará al logro de los objetivos atendiendo a los parámetros de cantidad, calidad, espacio, tiempo y eficiencia; entre otros.
El origen de la Planificación
Estratégica se remonta a la segunda mitad del siglo pasado, en respuesta a
una abrupta ruptura con la época de estabilidad y predictibilidad que había
caracterizado a los negocios desde finales del siglo XVIII, donde la producción
y las ventas era la preocupación más importante de los administradores hasta
ese momento.
A mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado
muchas firmas estadounidenses se enfrentaron a síntomas perturbadores en su competitividad
que no podían ser resueltos por medio de los modelos y técnicas disponibles,
particularmente de las heredadas del Taylorismo y el Fayolismo fundamentadas en
la especialización del trabajo y el proceso administrativo; concretamente la
planificación funcional, la programación y el control de operaciones y la
evaluación de resultados apoyado en objetivos financieros de corto plazo.
En tal sentido, las empresas se vieron obligadas a
desarrollar nuevos enfoques administrativos que sirvieran para afrontar los
nuevos problemas, ya que “las técnicas administrativas de presupuesto a
largo plazo, de control financiero y aun entonces la popular planeación a largo
plazo se mostraron insuficientes para tratar con los nuevos síntomas”
(Ansoff, Declerc y Hayes, 1983, Pág. 49). Es así como a finales de la década de
los cincuenta varias compañías líderes convergen hacia un nuevo enfoque que
llegó a ser conocido como planificación estratégica (PE).
El
enfoque de la Dirección Estratégica
En su libro La Dirección Estratégica en la Práctica Empresarial, Ansoff y McDonell (1997) utilizan el término “Dirección
Estratégica”, el cual es equivalente al de “Gerencia Estratégica”
o “Administración Estratégica” utilizado por otros autores; por ejemplo,
Thompson y Strickland (2004). Con esta denominación los autores se refieren a
todo el proceso de gestión empresarial que abarca desde el diagnóstico
situacional, pasando por el análisis de negocios, la formulación de
presupuestos y programas operativos, hasta el diseño e instrumentación de los
controles correspondientes.
La Dirección Estratégica surge entonces como un
enfoque racional que exige redefinir la postura estratégica de las
organizaciones. Debido a que esencialmente está centrada en la estrategia, a su
vez implica la evaluación del entorno a fin de reconocer las amenazas y
oportunidades existentes; concretamente las variables macroeconómicas, las
acciones competitivas, la estructura de los mercados actuales y potenciales;
todo lo cual es contrastado contra las fortalezas y debilidades internas para
el logro de los objetivos propuestos.
Respecto a lo anterior, Ansoff y McDonell (1997) sostienen la hipótesis denominada del éxito estratégico
especulativo, la cual declara que “el rendimiento de una empresa es óptimo
cuando su estrategia externa y su capacidad interna se adaptan a la turbulencia
del ambiente externo de la empresa” (Pág. 12). De tal manera que un sistema de
gerencia soportado en lo estratégico tendrá como propósito fundamental servir
de ayuda en el manejo de la incertidumbre asociada a la complejidad del entorno
de negocios.
Desde este orden de ideas, un sistema de Dirección
Estratégica ayudará a encontrar respuestas adecuadas y oportunas a los cambios
del entorno, apoyándose en el diagnóstico de los retos ambientales y la
valoración de su impacto sobre la empresa; dando así las pautas para la toma de
decisiones y la acción táctica. Es por ello que la Dirección estratégica
es un enfoque sistemático hacia el manejo de la innovación, la complejidad y la
dificultad para predecir.
En definitiva, el proceso de dirección estratégica abarca un amplio espectro de variables y elementos, donde el logro de los objetivos trazados en el plan de negocios dependerá de la capacidad gerencial para utilizar las fortalezas y recursos en atención al contexto macroambiental en que le toca desenvolverse y operar.
Referencias Bibliográficas:
Ansoff
H. I, Declerc R. y Hayes R. (1983). El
planteamiento estratégico. México: Trillas
Ansoff H. I., Mc Donell E. J. (1997). La Dirección estratégica en la práctica empresarial. Segunda edic. Estados Unidos: Addison Wesley Iberoamericana
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